Junior saltó al gramado del estadio El Campín pensando en el juego de ida. Nunca tuvo cabeza ni pies para enfrentar el juego en Bogotá. Los jugadores del plantel rojiblanco se quedaron pensando en el "premio" que otorga el torneo colombiano para los que quedan en los dos primeros lugares del torneo de tener el cierre de la serie en casa.
En la cancha fue un solo equipo el que propuso juego. Millonarios bien compactado en sus líneas de ataque, supo aprovechar la rapidez de sus puntas, o más bien la lentitud y la desordenada defensa barranquillera, que permitió el ingreso de todo aquel que vistiera una casaca azul. Fue una coladera que le costó despejar balones tanto aéreos como en la marca.
Junior no tuvo recuperación de pelota. Nunca presentó posesión de ella. Timidamento trató de tener el esferico al inico de cada tiempo pero solo un episodio fugaz. Los Hernández estuvieron perdidos. Giovanny no pudo tomar el hilo del partido y Vladimir pasó desapercibido.
Al final, un marcador de 3-0, que pudo ser más abultado. Millonarios desperdició muchas llegadas al al arco mientras que los tiburones se perdieron en el terreno.
Ahora lo que queda es seguir apoyando al Junior y esperar que se despierten de este shock los jugadores y puedan sacar la casta. Porque lo que sintió hoy cada seguidor fue pura verguenza.
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