Un torneo que no liga

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En el rentado colombiano cualquier equipo puede ser campeón. Cualquiera, sin importar cual es el color de su camiseta o a cual región pertenece. Cualquiera puede alzar la copa

En nuestro campeonato se protege del descenso a la categoría B a los equipos durante tres torneos seguidos. Se premia la mediocridad, se estimula a que los equipos se conformen con estar en posiciones de mitad de tabla para no descender, sin importar los sentimientos de la hinchada, que semestre tras semestre se ilusiona con seguir viendo a su equipo en la primera categoría y coronarse campeón por el diseño del torneo. Recuerda que cualquiera puede ser campeón. 

La liga colombiana tiene una particularidad que el equipo campeón, como es cualquiera, puede descender de categoría y no defender el título al torneo siguiente. Esa es la historia que vive en la actualidad el equipo América de Cali, que acaba de clasificar de octavo, ingresando a la siguiente fase del torneo y sale al terreno de juego pensando en el titulo y pensando en el juego de la promoción. No tiene presentación que un equipo de la B, por más historia futbolistica que tenga, sea el campeón de la categoría A.

En Colombia no se premia al mejor equipo del torneo con un título, por el contrario, se le da oportunidad a que otros clubes que se lleven el galardón luego de tener una o dos presentaciones con buenos resultados y a la espera que tenga un tropezón el que ocupa la posición de privilegio. Se escudan los directivos en el sofisma que el campeonato es emocionante, de pronto lo es para otros, pero para el que ocupa el primer lugar alcanza una depresión, sin lugar a dudas, afronta con temor los compromisos faltantes puesto que todos quieren verlo caer.

Nuestro país, conocido mundialmente por acomodar leyes y sistemas que han triunfado en otros lugares, no  ha podido acoger el sistema de campeonato de otros torneos que son más simples y emocionantes. Como la Premier League de Inglaterra, la Liga Española, la Serie A de Italia, que son certámenes en donde veinte equipos juegan partidos de ida y vuelta durante todo el año y se le otorga el trofeo al que más puntos realice y descienden los tres últimos de la tabla de clasificación. Son torneos que premian y castigan lo justo. Son torneos que tienen emoción de principio a fin. Tan simples y tan emocionantes.

Mientras tanto, cada año, los directivos de los equipos que conforman la Dimayor se complican con el diseño del campeonato, lo que lo hace un torneo inestable por sus constantes cambios. Inestable, incluso para los patrocinadores de los mismos clubes porque invierten en equipos de la A y su publicidad se puede esfumar si no mantiene la categoría el equipo que auspician.

No obstante, este año la Federación Internacional de Historia y Estadística de Futbol (IFFHS) ubicó al torneo del fútbol colombiano en la posición octava en el listado sobre las mejores ligas del mundo. Algo para destacar, pues son 122 ligas en el mundo. Aunque esto no quiere decir que sea emocionante y justa. Por lo pronto este sábado inician la siguiente fase del torneo colombiano con miras a buscar el nuevo campeón, que como está diseñado, puede ser cualquiera.